Senegal: Dakar y el Lago Rosa

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Senegal es una de las joyas africanas por descubrir para los viajeros. Este pequeño país posee encantos suficientes para cautivarnos. Uno de ellos es el Lago Rosa, que está situado a 40 kilómetros al norte de Dakar en un paraje de dunas cubiertas de palmeras y filaos, una planta típica de la región.

 La ciudad de Dakar era prácticamente desconocida hasta que el famoso Rally París-Dakar a finales de los 70 la puso en el mapa. Las opiniones de los turistas acerca de esta ciudad son diversas: quienes la aman nos dirán que es una ciudad moderna y segura (para los cánones africanos), con un clima templado y múltiples posibilidades para el ocio. Su centro es fácil de recorrer a pie y la gente es muy acogedora.

Senegal Dakar que ver

Por contra, en Dakar también hay quien piensa que, debido a la extrema pobreza de gran parte de la población, aquí el extranjero (el blanco) es el objetivo de todos los estafadores y delincuentes, lo cual constituye el mayor inconveniente de Dakar, aunque las autoridades se afanan en convertir el país en un destino seguro.
 En cualquier caso, merece la pena visitar en Dakar el mercado de Sandaga, donde se vende sobre todo una inmensa variedad de fruta, aunque el amplio surtido de tejidos constituye uno de sus máximos atractivos para los visitantes y la playa de Bel Air, la más bonita y más segura de la capital.

Senegal lago rosa que ver

Un país Senegal lleno de atractivos naturales. El Lago Rosa por ejemplo. Su verdadero nombre es Lago Retba, pero es más conocido como Lago Rosa (o Lac Rosé) por el impresionante colorido de sus aguas de color rosáceo.
Este color tiene su origen en las bacterias que viven en sus aguas y en la elevada concentración de sal, que tiñen el agua de malva según la incidencia de los rayos del sol a lo largo del día.

La producción de sal es el medio de vida más importante de la mayoría de familias que viven en sus orillas. Los recolectores de sal cubren sus pieles con manteca de karité para protegerse del efecto abrasivo de la salinidad de las aguas. Con pequeñas piraguas transportan la sal hasta el borde del lago, donde se deseca completamente.

Los hoteles de la zona suelen organizar excursiones al lago, pero la mejor manera de disfrutar de este paraje es alquilar un 4×4 para dar un paseo por las dunas y recorrer los pequeños poblados de la zona. Volveremos a Senegal con una próxima entrada.