Bosnia y herzegovina, capital Sarajevo

Bosnia y herzegovina mapa

La geografía de Bosnia y Herzegovina se muestra al mundo como un bello retrato de paisajes montañosos y vegetación abundante. Atravesado por los Alpes Dináricos, sus distintos puntos limitan con la llanura panónica al noroeste y con el Mar Adriático al sur. Sin embargo, las aguas marítimas no son el ‘punto fuerte’ de este país que tan sólo cuenta con 20 kilómetros de costa, concretamente en las proximidades de la ciudad de Neum-en el cantón Herzegovina-Neretva-, enclavada dentro del territorio croata.



La parte sur del país destaca por su clima mediterráneo, ideal para la agricultura; mientras que la central es la más montañosa. Es justo en esta zona del país donde se registra la máxima altitud, en los montes Cvrsnica (2.226 m.), Vranica (2.110 m.) y Prenj (2.103 m.). Sin embargo el este y el norte de Bosnia son eminentemente más boscosos, con una tupida vegetación desarrollada a lo largo de las riberas del río Sava y el río Drina, ambos afluentes del Danubio. En total, unos 25 kilómetros cuadrados del país son bosques, es decir, el 50% de toda la superficie.

Sarajevo, la capital
Su capital, Sarajevo, está prácticamente en centro geométrico del país y fue construida sobre el valle que da nombre a la ciudad. Los sarejeveses, gentilicio de sus habitantes, pueden presumir de vivir en una de las capitales más altas de toda Europa, llegando a alcanzar los 700 metros de altitud en los barrios más altos de la ciudad. Aunque buena parte de la ciudad sea relativamente plana, las zonas más orientales y periféricas presentan algún relieve. El centro histórico es conocido por sus calles tortuosas y empedradas, lo que invita a dejar el calzado de tacón en casa. El río Miljacka atraviesa la ciudad de este a oeste y es uno de los iconos geográficos de la misma.
Los cinco picos montañosos que rodean a Sarajevo rozan, en algunos casos, sobrepasan, en otros, los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Sus nombres son Bjelašnica (2067 metros, suroeste), Igman (1502 metros, sureste), Jahorina (1913 metros, sureste), Trebević (1627 metros, sureste) y Treskavica (2088 metros, norte).

Juegos olímicos de invierno en Sarajevo

Sarajevo fue en sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1984, lo que le reportó un importante reconocimiento internacional. Desde entonces, cientos de turistas aficionados a los deportes invernales sus deportes preferidos en la capital Bosnia. En los juegos participaron más de 1.200 deportistas y casi 50 países de todo el mundo. Los grandes triunfadores del evento fueron la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y la antigua República Democrática Alemana (RDA, extinta en 1990).

Bosnia y herzegovina que ver

Sarajevo es una simbiosis de belleza y horror, destrucción y reconstrucción, de la muerte y la vida en su estado más puro. Caminando por sus afueras descubres las heridas de la historia más reciente, ésa que volcó su rabia en forma de balas y granadas. Avenidas cercadas por edificios perforados de metralla en cuyo interior cientos de familias intentan llevar a cabo de nuevo una vida normal. Sarajevo nunca sucumbió al terror; ha sabido levantarse para caminar erguida hacia delante.
Contrastes en Sarajevo
Caracterizada por sus muchos contrastes, deja atónito al europeo occidental por el cóctel de culturas que perviven y comulgan en sus barriadas. La prueba está en que una misma calle de la ciudad alberga un ‘collage’ de sinagogas, mezquitas e iglesias cristianas o protestantes. Son muchos los fieles- musulmanes, en mi experiencia- que llevan a cabo sus oraciones rodeados por avalanchas de turistas que no quieren dejar de inmortalizar la escena. No importa, ellos están acostumbrados, y por eso te invitan a conocer su lugar sagrado una vez acaben la última oración del día. La llamada ‘Jerusalén de Europa’ brilla por su tolerancia y su naturalidad, un lugar en el que no existe ‘el otro’ sino la suma de cada uno.
Adentrarse en el casco antiguo -o Stari grad- y dejar atrás los bloques agujereados y grises de las afueras no es más que la mayor de las sorpresas para el viajero que explora esta ciudad por primera vez. Sus calles empedradas, sus casitas bajas de madera, de piedra y sus interminables comercios de abalorios confieren a la escena el encanto de una postal cuya herencia –con primacía turca- hacen pensar que acabas de zambullirte en una ciudad totalmente nueva. El color de sus cafés, adornados en su mayoría con tapices y mobiliario árabes, sus terrazas, la mezcla de músicas y los olores a búrek y cévapcici –las dos especialidades del país por excelencia- son el compendio perfecto que diseña el rostro de una ciudad mágica, moderna, adaptable y sin complejos.

Bosnia y herzegovina, Sarajevo que ver

Sarajevo se abre exultante al mundo tras su resurrección. Prueba de ello es, además, la sorprendente vida nocturna que confiere a la ciudad un aspecto bipolar que no pasa desapercibido. Son muchos los jóvenes que disfrutan de sus bares de copas zambullidos en un ambiente hechizante hasta el amanecer.
La capital bosnia no defrauda. Hipnotiza. Pasado y presente convergen a diario en sus calles dando la mejor lección de sabiduría al fantasma de la intolerancia. Si bien es imposible no respirar la crudeza de la guerra (el increíble cementerio musulmán situado sobre una de las colinas alude directamente a su pasado atroz), caminando por ella te empapas del aroma de un porvenir que se dibuja resplandeciente y que se abre con fuerza al exterior.

Sientes que merece ser descubierta y, sobre todo, vuelves a casa sabiendo que ese triste sueño que creías haber tenido fue en realidad algo bello, único e irrepetible.


Fuente: http://www.mundo-geo.es/viajes-y-expediciones/viajes/bosnia-herzegovina-turismo-en-un-pais-desconocido

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