Cueva de Altamira, Patrimonio de la Humanidad
La cueva de Altamira, famosa sobre todo por las magníficas pinturas rupestres de bisontes, está situada junto a Santillana del Mar, Cantabria(España). Hace unos 15.000 años, los cazadores-recolectores del Paleolítico Superior (Magdaleniense) plasmaron en las paredes de este mundo subterráneo bóvidos, équidos, cérvidos y otras figuras en forma de pinturas y grabados. Otras figuras representan arte parietal perteneciente al Solutrense.
Cueva de Altamira
El descubrimiento de la cueva por un cazador en 1879 fue casual y su fama internacional se debe a los trabajos de Marcelino Sanz de Sautuola. Su hija María de ocho años descubrió a las figuras de la gran sala cuando seguía a su perro que se adentro en la cavidad.
El arte rupestre de la cueva fue objeto de debate durante más de 20 años porque la comunidad científica no reconoció su antigüedad hasta 1902. Hasta entonces se consideraba imposible que cazadores – recolectores del paleolítico fueran capaces de crear obras artísticas de tal belleza.
Cueva de Altamira
En 1924 la Cueva de Altamira fue declarada Monumento Nacional, en 1985 incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad y en 2001 se inauguró el nuevo Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira que cuenta con una reproducción fidedigna de las pinturas paleolíticas de la cueva.
Para asegurar su conservación, se ha reproducido de manera minuciosa su estructura y pinturas en la Neocueva del Museo de Altamira, empleando los mismos procedimientos pictóricos. Así, el visitante podrá admirar con detalle el gran techo de los bisontes policromos y visitar el taller de estos pintores, donde se explican las técnicas empleadas en esta obra maestra del arte rupestre.
Además, se esta planteando (aunque de manera restringida) volver a reabrir la cueva original en 2011.
Cueva de Altamira
El descubrimiento de la cueva por un cazador en 1879 fue casual y su fama internacional se debe a los trabajos de Marcelino Sanz de Sautuola. Su hija María de ocho años descubrió a las figuras de la gran sala cuando seguía a su perro que se adentro en la cavidad.
El arte rupestre de la cueva fue objeto de debate durante más de 20 años porque la comunidad científica no reconoció su antigüedad hasta 1902. Hasta entonces se consideraba imposible que cazadores – recolectores del paleolítico fueran capaces de crear obras artísticas de tal belleza.
En 1924 la Cueva de Altamira fue declarada Monumento Nacional, en 1985 incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad y en 2001 se inauguró el nuevo Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira que cuenta con una reproducción fidedigna de las pinturas paleolíticas de la cueva.
Para asegurar su conservación, se ha reproducido de manera minuciosa su estructura y pinturas en la Neocueva del Museo de Altamira, empleando los mismos procedimientos pictóricos. Así, el visitante podrá admirar con detalle el gran techo de los bisontes policromos y visitar el taller de estos pintores, donde se explican las técnicas empleadas en esta obra maestra del arte rupestre.
Además, se esta planteando (aunque de manera restringida) volver a reabrir la cueva original en 2011.